
Ya ha pasado su tiempo desde que terminamos nuestro curso, pero debo decir que fue una experiencia genial, llena de emociones, llena de cariños, completa al cien por ciento. Tenía tanto cuco al entrar pero nada, desde el primer día me recibieron excelente y creo que todos nos sentimos así. Genial loco, ni siquiera en mi curso es así. Al principio le preguntamos a la profe que qué onda, si era verdad que el mundo de los actores era tan bohemio, tan turbio como dicen... ella nos contestó que más que eso, el mundo teatral, la gente que hace el oficio era muy de piel, muy de abrazos, de cariños y de afectos. Y pucha, al terminar el sábado me di cuenta que en cada uno de nosotros existía ese pequeño actor sensible capaz de recibir al otro de una manera distinta, no somos iguales a los demás, tenemos ese algo característico que nos diferencia del resto de la gente. En resumen, el haber compartido con toda esta gente fue una de las experiencias más ricas que he tenido, que me dejó con gusto a poco, que me dejó con un monton de amigos repartidos por todo el país, que me dejó con ganas de seguir haciéndolo toda mi vida...